PROYECTOS
Cuando se observa la ausencia o insuficiencia en algún aspecto del quehacer académico-administrativo, es usual abocar los esfuerzos necesarios para idear una propuesta que satisfaga espectativas visualizadas, por iniciativa propia o a requerimiento de cuerpos colegiados o autoridades superiores.
Estas bases de trabajo, lógicamente son suceptibles de ser ampliadas, reducidas, reformadas, aceptadas o desestimadas. A veces es viable recurrir a antecedentes existentes en la propia institución, otras Casas de Estudios, Organismos diversos y hasta antecedentes jurisprudenciales.
Todo depende de lo que se aspire lograr o regular, en donde prevalece la lógica y la adecuación a los tiempos que corren e impulsados por la dinámica adaptativa con qué se tiende a evolucionar.
La presentación, la intención que se pretende lograr y la claridad de los objetivos, son pilares fundamentales para una estructuración que deba ser concisa y precisa en sus partes dispositivas y que lleve a una coherencia en los tópicos abordables. Si es posible aportar antecedentes propios, como puente de referencia o inspiración.
Sería óptimo que el articulado no sea tan extenso, como para que a veces provoque perder la ilación del tema de fondo, pues lo demasiado abarcativo, provoca rechazo de análisis o manejo expeditivo del cuerpo propuesto.
Por ello cuando de los aspectos regulados o que se pretende regular, es apropiado no incluir cuestiones conexas, propias de un enciclopedismo que no aporta soluciones.
Una fuente referencial que a veces es de suma utilidad son los boletines de otras Universidades, aunque sean pocas las que perduran en el envío de ejemplares. También son ponderables de análisis los estatutos de entidades análogas.